Pudriendo todo a su paso,
Rompiendo cada ente que toca,
Escurre su sangre sobre el rostro que desde abajo le mira
Y sus terrores invaden las noches de quien se empapó.
Tantos gritos desgarradores,
Tantos hasta ahogarse en su propia hiel,
Impiden el paso a las emociones esperanzadoras que alberga,
Encarcela la bondad y su dolor guarda la puerta.
Y arde, arde, arde,
Su llama alrededor se expande,
Y quema, quema, quema,
Las manos ajenas que le rodean.
Y la piel, putrefacta, se resquebraja con más facilidad.
Y el alma, encerrada, hambrienta suele agonizar.
La llave, a simple vista, la prefiere lejos del corazón.
La soledad, amenazando, sabe que siempre le esperó.
Y envenena, envenena,
La cura existe, mas no se emplea,
Y muere, muere,
Hasta aquella prisión se pierde.
Me encanta leerle en versión verso (haihaiehauah). Y creo que con cada uno mejora un poco más ^^ le ha quedado muy seriote, pero sigue pareciéndome genial :333 todo el mundo tiene claroscuros, ¿no? Usté tiene hasta ardilla, no le digo más.
ResponderEliminarSiga así, caballorete, siempre es un placer leerle :3333